Transcurría la década de los años
90's cuando se producían buenas películas de terror que marcarían la vida de
toda una generación de niños.
Tendría tal vez 5 años cuando vi
por primera vez "Eso", una película basada en una novela de Stephen
King. No sé realmente por que la vi, sí no era para menores. Al terminar de ver
la película me fui a dormir con miedo a que ese payaso malo fuera a salir y me
matara.
Por algunos días le temía mucho a
las coladeras, a la regadera, al espejo, en fin, tenía a ese payaso hasta en la
sopa. Después lo fui olvidando un poco.
En una ocasión me invitaron a una
fiesta infantil en un jardín de eventos muy cercano a mi casa, precisamente
quedaba cruzando la calle.
Fui con mi tía. Yo, ingenuamente,
no sabía que era lo que me esperaba al llegar. Había muchos niños, todos
estaban muy felices jugando y saltando. Yo me integre, entre esos niños estaban
algunos vecinos y jugué con ellos.
De pronto vi llegar a un señor
con una enorme maleta, tenía un vestuario muy colorido, pensé, será una especie
de animador de fiestas. Al poco rato, nos dijeron que nos reuniéramos todos en círculo,
lo hicimos, estábamos ansiosos por saber cuál era la sorpresa que vendría, a
continuación, ¡salió un payaso!
Sin dudarlo, inmediatamente, me levante
de mi lugar, corrí a buscar la salida, no sé cómo, cruce la calle, llegue a mi
casa y entre a la sala. Mi corazón palpitaba tan rápido que
creí que saldría de mi pecho. Mis padres, en cuanto me vieron llegar,
preguntaron qué era lo que había pasado. Aún no lograba controlar mi miedo y difícilmente
les dije, que en la fiesta había un payaso y por eso me salí. Me regañaron
porque cruce la carretera solo y pudieron haberme atropellado.
En cuanto mi tía se percató de que
yo no estaba fue a buscarme desesperadamente; llego a la casa, dijo que estaba
muy preocupada y mis padres le dijeron lo que había acontecido. Me dijo mi tía
que si quería regresar a la fiesta pero le dije que no porque tenía miedo.
Cuando ya todos estabamos tranquilos,
me dijeron que no debía de temerles a los payasos porque eran personas normales
y las películas eran fantasía y no realidad.
Y a partir de entonces ya no les
temo a los payasos.
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